Ella es la musa de mis sueños, la cicatriz de mis heridas sin cerrar, la diva de todo sureño cuerdo y con una mirada te tira ha matar.
Ella es más de lo que mis neuronas pueden imaginar.
Ella es mi vicio más potable, ella es mi encierro y la vez mi libertad, es mi adicción más saludable, es frágil línea entre ficción y realidad.
Ella es la que convierte en latido toda esta sensación.
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